martes, abril 25, 2006


A FUGUEIRA
“a fugueira en vilar o sabado de pascua”
A las diez u once de la noche los mozos después de echar la partida en el bar salían y cogian un carro que en aquellos años había uno en cada casa y empezaban de corral en corral a cargar leña se tenia mucho cuidado de coger la justa sin perjudicar a nadie aunque siempre había algun vecino que se molestaba, pero no le quedaba mas remedio que claudicar y soltar la leña, se juntaba toda la leña donde el puente donde hoy esta la fuente y a las 12 de la noche alguno subía a tocar las campanas y se encendía “a fugueira” era impresionante a las 2 horas había un fuego enorme y seguían con el carro por todo el pueblo recogiendo leña , claro el garrafón de vino y las botas para beber no faltaban nunca, se llevaban trozos de tocino que en esta época del año todavía esta bueno para asar en la punta de un palo, unas hogazas de pan y a base de tocino y vino se pasaba toda la noche arreando leña bebiendo y comiendo tocino asado. Ya cerca del amanecer empezaban las “trastadas” se colgaban los arados por los árboles, se metían los carros a los “subiaos” se atrancaban maderos por la calle en fin todo tipo de trastadas. Lo mas gracioso era ver a los paisanos al día siguiente buscando su arado o su carro y la mayoría de las veces no podía recuperarlo solo, entonces tenia que esperar a que se levantaran los mozos y ayudarle a sacarlo “los mismos que lo habían tirado lo volvían a sacar” y ni una sola bronca, porque ¡ay del paisano que se enfadara! Al año siguiente posiblemente tuviera que sacar el carro el solo. Todos esto los paisanos lo tenían asumido como una costumbre de la época “hoy desaparecida” ya que ahora solo se hace algo de “fugueira “ y nada mas. “Cuntaban, que un-ha vez o tiu Gervasio, (padre de tiu Jesús de Hermina) a noite da fugueira deitose encima do carro pa que os mozos nun yo colleran e llo tiraran a un beiron, pero parece ser que se ye dou o sono deitado no carro ye como tiña o sono muy pesado, os mozos da-quela epoca collerono carro con cuidado yo home encima ye levarono a ponte de embaixo con cuidado pa que nun se despertara , cuando chegaron a ponte, un-hos quirian tiralo o riu , outros non, o final conformarose con tiralo o beiron marchando correndo. Conclusión: o home nun pudo remediar que ye colleran o carro, yo pior de todo foi que o dia siguiente, dia de pascua tuvo que sacalo el solo ca ayuda d-algun vicin pois os mozos nun ye ayudaron.”
Saludos……. villar

jueves, abril 20, 2006

VERGINIO
por villar
Yo pocos recuerdos tengo de este paisano de villar excepto que era el marido de Azucena y por tanto el padre de Eladio
“Virginio era cazador da epoca de Indalecio, Domiciano, etc, ye como en a queles anos a caza era toda furtiva, n-un sacaban licencia ni nada, se mataban algo tiñan que traelo a escondidas caladiñamente pa repartir a xixa a noite na casa que tocaba A Virginio gusataballe muto o viño, ye cuando mataban algun xabarin ou corzo sempre ye dician ¡Virginio, cala a boquiña n-un digas nada eh! ¡Euu, que carallo vou decir oh! Pero claro na mais que chegaba o pueblo que se metia na cantina ye bebia un-os vasos, sempre habia algun que, como ya o conocian ben, ye tiraba da-lengua ¿Qué tal a caza Virginio? Ye el ya n-un podia calar a boca, sempre respondia da misma manera ¡ caralloo, xixa pa nos ya temos, yo que n-un teña que a busque! E ya sabia todo o pueblo que aquel dia mataran algo, dician os compañeiros ¡virginio n-un tem cousa calada! Outra frase “ilustre” de virginio que tamen quedou pa sempre no pueblo foi desta manera: Un-ha tarde taban na cantina da Tia Pilar, Virginio ye un-hos cuantos mais tomando-lo vaso como colquera tarde, chegou a sua madre, a Tia Teresa chamalo pa merendar ¡ A-la Virginio, ven merendar que despois faiche mal o viño! Virginio con toda a sus cachaza contestoulle ¡Merenden eles, ye se nuna queren merendar, tire-na o riu! (a merenda quiria decir) e desde aquel día casi todo o pueblo ye chamaba “Virginio-Merenden”
d. e. p Verginio un saludo……….villar

viernes, abril 07, 2006

San Cosme por Juan José Rodríguez


San Cosme San Cosme es un pueblo situado próximo al pueblo de Veguellina y se llega después de subir una empinada pista por la que pueden circular los coches, no sin algunas dificultades. Es reivindicación de sus habitantes el que puedan tener un acceso digno para un pueblo, que como comenzaremos a ver tuvo gran importancia en la Edad Media.
Cuando la invasión sarracena presionaba con sus fuerzas el norte peninsular, eran muchos los eclesiásticos de la España visigoda que recorrían caminos para esconderse y preservar la fe con la que habían comulgado.
Siguiendo los caminos dejados por los romanos en la explotación del oro de la Leitosa (Veguellina-Vegueiliña) llegaría un tal Genadio a un paraje espléndido, escondido, exuberante, con gran cantidad de madera, al lado de una fuente de abundante agua y con un río cercano y un monte que proporcionaría no solo la paz espiritual sino también las necesidades alimentarias a los futuros monjes.
Allí, próximo al monasterio, por el camino de Villar, una cantera proporcionaría la piedra necesaria para la construcción del futuro monasterio.
Allá, por el año 931 ya constituido el monasterio, el abad Andrés recibe un donativo del prebístero Novidio y en 940 recibe donaciones de un tal Servo Dei y su mujer Lezenia en el pago llamado Olleros (San Pedro de Olleros). En el mismo año el abad Andrés firma la confirmación de una donación que hace el rey Ramiro II al monasterio de Santiago de Peñalba y seis años más tarde (946) firma como Andrés de San Cosme y Damián en el concilio de Irago, presidido por Ramiro II y por el obispo astorgano Salomón.
Por el año 952 aparece como abad Esteban recibiendo donaciones que le hacen Cirtute y Reside de una villa llamada Arganzuela (¿Arganza?) con una iglesia de San Pedro y una buena cantidad de viñas en los poblados cercanos de Fore, Quilós, Canedo y Magaz. Es este abad un hombre preocupado por una prosperidad material del monasterio añadiendo propiedades en todo el Bierzo desde Moreda hasta los Ancares (Vetules).
En 983 aparece Hermenegildo como abad y siguen las donaciones “para la manutención de los monjes”.
Era un monasterio de propiedad real, tal vez utilizado por algún rey en alguna que otra partida de caza, dada la abundante cantidad de jabalíes y venados en sus alrededores. Esto viene a cuento ya que es Bermudo II quien dona este monasterio a la Santa Iglesia de Astorga en el año de 998. Es aquí donde se delimita la situación del monasterio. Comienza acotando el monasterio desde Parada Valer (¿Paradaseca?) y desde allí va por el coto de Nuctoso (¿Nuctuoso->Luctuoso-> LuctuosaàLeitosa?) y desde allí a aquella peña de la Torva (as penas da Torga) y desde allí desciende donde se juntan las aguas de Burbia y de Villar (rio Tejeira) y va sobre el río que llaman Bueno (río Bueno->rio bono->río bon->Ribón) y termina en la fuente de Escallos.
Decir que el hecho de que aparezca con otro nombre (“El monasterio de San Cosme y San Damian está cerca del monte que llaman: Piedra Caballar cerca del río Burbia, en el lugar de Frasinedo”), hizo dudar de la existencia de otro monasterio, pero son muchos los lugares coincidentes, para que se dé tal suposición.
Corría el año 1013 cuando el abad Guiniverto de San Cosme recibe donaciones tan lejanas como la dada en Santa Colomba, cerca de La Bañeza. Todas estas donaciones se hacen por el bien del alma de quien hace la donación.
Se pierde en la memoria el monasterio hasta que en 1057 aparece un particular Pedro Pelagiz pleiteando por una posesión en Prado. Tal vez esta sea la época donde comienza el declive en que los lugareños tratan de recuperar posesiones al verlas en el abandono.
Es en 1120, cuando aparece doña Urraca, mujer que en sus correrías por el reino de León vino a dar a luz al monasterio de San Cosme y como no podían asistirla dentro del monasterio los monjes habilitaron un hórreo, que todavía se conserva.
Esta reina en agradecimiento por los cuidados recibidos por los monjes y la gente del lugar donó el citado monasterio al obispo Pelayo de la diócesis de Astorga ya que había sido usurpado en tiempos de su abuelo el rey Fernando. También les concede a los habitantes de esta tierra el título de nobleza “hijos de algo” y les exime de servir al rey en la guerra, privilegio que confirma Carlos II (siglo XVII), confirmación hasta Fernando VII (1825) en que deja de ser reconocido. Tal vez de alguna de estas confirmaciones sea el hecho que contaba mi madre que había escuchado a los antiguos, que un día que estaban en misa, por lo tanto San Cosme conservaba una iglesia, llegara un caballero montado a caballo y con un pergamino en la mano leyera el citado documento ante los allí presentes. También, no es menos cierto que los mozos del municipio de Paradaseca, intentaron hacer valer este derecho de exención al ser llamados a filas en nuestra contienda más reciente (guerra civil 1936-1939).
En la última época aparece el monasterio involucrado en un litigio con el monasterio de San Andrés de Espinareda por el asunto de que unos hombres súbditos del monasterio entraron en el coto de San Cosme, cortaron madera y se llevaron las piezas cobradas en la cacería. Es aquí donde aparece defendiendo los intereses de monasterio de San Cosme un “tenente” llamado Juan Martínez, o sea ya no había abad sino un encargado de administrar los bienes de la que sería una parroquia. Este era el año 1123 y el pleito lo ganó el tenente al que era abad de San Andrés, que en su descargo alegó que no conocía el referido coto.
En Marzo de 1218 el obispo de Astorga Pedro Andrés da carta de fuero a todos los que quieran morar en la vega de San Cosme (¿Veguellina?) y le permite romper en el monte desde la fuente de Arnosella, por el rodero hasta la peña de Escallos, excepto el prado del río Bueno (Ribón), poniendo la obligación de pagar 3 sueldos de moneda corriente por año.
No conocemos más, históricamente hablando, pero es de suponer que el monasterio caído en el abandono fuera aprovechada su piedra por los del lugar, reduciéndose con el paso del tiempo a una simple parroquia, de la que recordaban los antiguos que fue iglesia o capilla conservándose todavía la pila bautismal que se encuentra en la casa de los herederos de la tía Milia.
Tenemos noticia de San Cosme cuando viene por aquí el teniente Munárriz a dirigir la que debería ser la Real Fábrica de hierro tirado de San Fernando eligiendo como lugar de asentamiento lo que hoy se llaman las Herrerías. El lugar es elegido por lo escondido que estaba, para evitar que las tropas francesas destruyeran estas incipientes acerías, que es lo que solían hacer con sus incursiones por las Vascongadas. El mineral a explotar procedería del alto de la Mirandela y el proyecto era tan ambicioso que se pretendía incluso fabricar aquí los fusiles del ejército. La invasión francesa truncó el proyecto. Munárriz habla de los habitantes de esta zona de la hidalguía que conservaban, propia del privilegio otorgado por la reinina aunque fueran descalzos con el ganado en pleno invierno.
Pero la historia quedaría incompleta, sino contara algo de mis antepasados, todos habitantes de San Cosme, de mi bisabuelo que con 83 años se subía a los castaños a varear los castaños, mi abuelo “el tío José” que cambió un negocio floreciente en Costa Rica por la abundante caza de estos montes y ya más cercanos, la tia Milia que mató una raposa de un cantazo, Genoveva que con 70 años trepaba as “cereixales” mejor que yo con 7 o el tio Germán que igual era capaz de encepar una escopeta dejándola como nueva como de coser a un descalabrado con la pericia de un cirujano. A todos ellos y demás que no menciono que hicieron de San Cosme un lugar para la historia y sobretodo a mi madre Zenaida por recordarme siempre que allí donde el monte lo cubre todo hay abundante agua y las mejores cerezas, peras y nueces del mundo.
Texto escrito por Juan José Rodríguez
Profesor de Secundaria y Doctor en Ciencias Químicas

Nota: Pudiera haber alguna inexactitud en estos comentarios, ya que en algunos casos escribo de una memoria que no siempre se recuerda con la exactitud deseada. Los datos históricos están recogidos del libro del Pbro. Augusto Quintana.

jueves, abril 06, 2006

PRIMAVERA POR PANCHO

PRIMAVERA
Pa terlles ley as cousas, fay falta que che cheguen a tocar a freba, pero si pasais sin ver entonces comprendo que nun atopeis nada bueno na nosa terra e que nun sentirais a poesia, onde nos sobra tanta que temos que regalala. ¿Qué habiais de ver si vides no inverno, con gafas de sol, ya niebla vos pon nubres nos oyos?. ¡¡ Qué e triste o noso pueblo…!! . Vide praiquí mostrencos , si quereis ver o paraíso, vereis como aqueles carambos ye aquela neve que caia mansiña como aterrecendo mancarvos, e aquel aire que tanto vos facia pingar os mocos, a soledá das calles, a tristeza do campo e todo o que vos vistes ya nun ta, ahora vereis arreventar a primavera, chegar as anduriñas, abrirse os botois dos chopos e sembrarse a manta de flores os prados yos montes. Sentireis os perfumes que alegran a alma dos quitamerendas, o panqueixo ya escornacabra. Vide praiquí ye sentireis esbairse a morriña o tocarvos o aire da mañá envolto no run-run das abellas que buscan as primeiras flores que asobayadas unhas con outras po lo peso do orballo levantan a cabeza sacudindo esas perlas de auga, nas que se refleja un mundo enteiro, o despertalas o sol. Vereis os rigueiros que o desfacerse a neve, van baxando amodín po los verdes lameiros levandolle-la parva as flores cos sous brillos de plata monte abaxo. Escutiareis o canto dos paxariños chamandose pa buscar pareja e facer neal. Ye pa que vou seguir, si hay algún que arima o focin por esta terra e nun ye pasan os males, ten que facerse a cuenta de que ya ye falta pouco pa que o collan entre cuatro yo leven cos peis por didiantre.
Ah! Por cierto, ¿Hay ya papoulas en Porcarizas?.
Salud para todos.